Ximena creció toda su infancia y adolescencia entre aulas de medicina, anfiteatros anatómicos y simuladores humanos.
Acompañaba a su mamá en los interminables sesiones de trabajo como docente y como autoridad de la Facultad de Medicina, todos los días, año tras año; hasta que un día terminó el colegio.
Lógicamente eligió la universidad donde siempre quizo estudiar, y decidió seguir los pasos de su exitosa madre.
Hace unos días recibí la llamada de Ximenita, que sin consultarlo previamente con su mami, y con toda la confianza que tiene con su tío, me pidió sea su padrino en la ceremonia de la Bata Blanca.
Ya habíamos conversado previamente sobre lo que significaba estudiar medicina en la universidad donde tantos años trabajamos, y de donde somos ex alumnos orgullosos; sin embargo, no puedo negar que me llenó de alegría y orgullo por tan honrosa invitación.
Hoy que tuve la oportunidad de disfrutar de tan hermosa ceremonia, ahora como expectador, me respondí aquella pregunta que tenía pendiente:
¿Qué sienten los padres y familiares cuando ven a sus hijos, iniciando su vida profesional?
Es muy emocionante por cierto, te llena de mucho orgullo y de tantas alegrías; por ello, solo me queda decirte :
¡Gracias Ximenita!
Esta ceremonia realmente te da la oportunidad, como padres, de reconocer con orgullo la iniciación como los médicos que queremos que sean nuestros hijos; y como estudiantes, la responsabilidad que está frente a nosotros, y comprometernos con el largo camino que hemos decidido iniciar.
Un camino con la Bata Blanca.
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